Saber cómo manejar las expectativas nos ayuda a comprender la realidad y centrarnos en el presente, y cuando entendemos que ciertas expectativas pueden ser contraproducentes, nos liberamos de la culpa y sobreexigencia con nosotros mismos.

Hoy te compartimos cómo puedes expandir tu mente, gestionar tus expectativas y llenarte de motivación para alcanzar tus objetivos.

Definición de expectativa

Las expectativas son un conjunto de creencias, ideas o suposiciones que nos imponemos porque queremos alcanzar ciertos objetivos. Cada tipo de expectativas tiene sus particularidades, pero con frecuencia el concepto de expectativa está relacionado con nuestros deseos, experiencias pasadas, nuestros valores, nuestra educación, deberes, entre otras cosas.

Por ejemplo, si creemos que a los 30 ya debemos estar casados o con una casa propia, o si a los 40 debemos tener un doctorado. 

Por eso es que cuando no sabemos manejarlas, e incluso nos dejamos llevar por las expectativas de los demás, terminan por afectar nuestra vida. Así que la gestión adecuada de las expectativas nos ayuda a enfrentar el fracaso, evitar la victimización, la frustración o la desilusión. 

Si nos ocupamos en centrar la energía en crear expectativas realistas, podremos observar nuestro panorama real con detenimiento, y haremos planes en torno a nuestra motivación.

Caso contrario, si nos dejamos llevar por ilusiones y creamos expectativas no realistas, solo haremos planes de acción sin objetivos concretos, demorando e incluso deteniendo completamente nuestro desarrollo personal. ¡Por eso es tan importante aprender sobre ellas!

Teoría de las expectativas

Diferentes teóricos de psicología en Estados Unidos aproximaron sus observaciones en torno a las expectativas y su incidencia en el desarrollo de la motivación de un ser humano durante el trabajo, la cotidianidad o en el establecimiento de metas a largo plazo.

De esta misma forma lo hizo Víctor Vroom al desarrollar su teoría de las expectativas, enfocado en la mejora continua de la calidad del servicio de una empresa. Su teoría, La teoría de las expectativas de Vroom, consiste en que la motivación de un individuo parte de la recompensa que vaya a recibir luego de completada una acción determinada.

En consecuencia, Vroom desarrolló la división de un conjunto de tipologías de las expectativas para que los usuarios pudieran identificarlas fácilmente y aportar una serie de conceptos que amplían su teoría. Estos son:

Valencia

La persona establece el valor de la recompensa que quiere alcanzar. Por ejemplo, sostener el hábito de hacer ejercicio, aumentar nuestra productividad en el trabajo o mejorar la calidad del servicio de un proyecto que es una fuente extra de ingresos.

Instrumentalidad

Es aplicado, mayormente, al mundo empresarial por lo valioso que representa corroborar esta teoría con estudios de motivación en los recursos humanos de una empresa. Se trata de que la persona espera un mayor nivel de gratificación consecuencia de un mayor compromiso adquirido por el óptimo desarrollo de una labor. 

Expectativa

Es la creencia que posee una persona en sus propias capacidades y que le hace sentir que puede alcanzar su objetivo y, finalmente, a su futura recompensa. Un ejemplo de esto es esperar que por rendir mejor en el trabajo se le hará un aumento o será ascendido.

Tipos de expectativas

Tal como te platicamos al inicio, podemos aprovechar algunas expectativas y otras debemos modificarlas para no caer en las ilusiones. Según la teoría de la expectativas de Vroom, existen tres tipos básicos aplicables a la vida personal o para evaluación de la calidad del servicio empresarial:

Expectativas predictivas

Nos hacen imaginar situaciones futuras donde nosotros o nuestras acciones son el eje central. Tratan de anticipar una realidad que no existe y nos crean ideas en la mente para hacernos sentir mejor con ese hecho inexistente.

Expectativas normativas

Son aquellas impuestas, de forma casi general, por el contexto que nos rodea. Por ejemplo, el establecimiento de normas sociales (como el respeto a los templos religiosos o al paso peatonal) o a los valores morales. Son expectativas que, por acuerdo social, nos invitan a comportarnos de una forma esperada por los demás.

Expectativas merecidas

Nos hacen creer que merecemos algo por encima de los demás que nos rodean. Destaca entre las expectativas más subjetivas, porque basados en nuestras actitudes, capacidades o habilidades con el entorno, consideramos que sí o sí merecemos una recompensa. Por ejemplo, que todas las personas que te vean te feliciten porque estás cumpliendo años, así ellos desconozcan la fecha.

Influencia de las expectativas de otros

No solo las expectativas que creamos nosotros mismos pueden llegar a afectarnos, sino que las creencias de otras personas sobre nosotros o nuestras decisiones también tienen un gran poder e influencia en lo que decidimos hacer. 

A largo plazo, el ponernos bajo la lupa de lo que esperan los demás de nosotros solo generará más presión y desequilibrio en nuestras emociones. Hay que tomar en cuenta que las ideas que las otras personas se hagan de nosotros no deben posicionarse como la única opinión válida, y mucho menos dejar que nos hagan dudar de nuestras capacidades o nuestro punto de vista. 

Tal vez las expectativas de otras personas pueden ser positivas o negativas, pero la verdad es que nos afectarán en la medida en la que se lo permitamos. 

En el experimento El poder de las expectativas, The Power of Expectations, puedes ver cómo las herramientas de superación o motivación humana se encuentran dentro de nuestra gestión emocional y la confianza en nuestra expectativa de vida.

Recomendaciones para un mejor manejo de expectativas

¡Muy bien! Sabemos que crear nuevos hábitos es un proceso que toma tiempo. Así que para ayudarte a gestionar tus expectativas, te dejamos una serie de recomendaciones para que puedas lograrlo:

Enfócate en el presente

Olvídate por un momento de lo que te rodea y céntrate en lo que vives ahora; lo que has logrado, la idea que estás creando, tu trabajo diario para llegar a tu objetivo. Mantener el norte en una meta es un trabajo diario, así que no caigas en ilusiones de que ya estás allí o que debes llegar lo antes posible porque es lo que debes hacer. Hay metas que toman más tiempo que otras:  lo importante es seguir enfocado.  

No intentes satisfacer las expectativas de otros

Cree en tus capacidades, ideas y planes ante todo y no los subestimes. Las expectativas de terceros siempre estarán presentes, pero debemos mantenerlas a raya con nuestra realidad. No nos compete complacer los deseos de otros, porque son creencias que los otros han volcado sobre nosotros.

Comunica tus expectativas

¡Sobre todo si trabajas en equipo! Sé consciente de que nadie lee tu mente y que impulsar una buena comunicación con quienes te rodean, va a fortalecer su vínculo y ayudará a conseguir resultados reales. Comunica lo que consideres importante, sé sincero y, por supuesto, también escucha con atención las expectativas de tu interlocutor.

Prepara un plan B

Ten a la mano una segunda vía para tu plan de acción y estructura de nuevo el panorama, con información disponible sobre las expectativas en esta nueva situación. Recuerda que hay una posibilidad razonable de que el mundo pueda cambiar 180° sin previo aviso. 

Tomar la iniciativa

Piensa y actúa hoy. Con un paso todos los días, por más pequeño que lo percibas, puede hacerte llegar muy lejos en la gestión de tus expectativas y tus hábitos personales. El tiempo es más útil cuando planificamos cómo llegar hasta donde queremos, que cuando esperamos eternamente a que nuestras expectativas sean cumplidas.

No te desanimes si la primera vez que iniciaste tu proyecto tuviste expectativas poco realistas, lo importante es reconocer los errores y seguir adelante con mejores hábitos que te ayuden a mantener el control de tus expectativas en el presente.

Y si deseas más herramientas que te ayuden a transformar tu vida hacia cambios más positivos e integrales con tu proyecto de vida, visita nuestro blog para leer más artículos sobre bienestar.